viernes, 13 de mayo de 2011

In memoriam: (continuación del cuento de Marco DENEVI) en el día que sería su cumpleaños



   ... y el enfermo se le murió con los intestinos destrozados por la herramienta quirúrgica en franca rebeldía. Se creyó que todo era invención del facultativo para disimular su ineptitud. Pero fenómenos análogos se multiplicaron. Hoy, los hombres se retiran agotados frente al amotinamiento de las cosas. No es para menos! Las cerraduras se traban. Los cajones se aferran a sus montantes y no hay forma de abrirlos. Las tijeras se mantienen tenazmente apretadas. Cuchillos y tenedores en vez de cortar comida desgarran los dedos de quienes los usan. Ni hablar de relojes: señalan cualquier cosa. Operaciones simples y cotidianas como encender la luz o poner en marcha un automóvil se ha vuelto complicadísimo, sorpresisvo y riesgoso. Nadie sabe qué ocurrirá si se hace funcionar un motor o se toma un objeto cualquiera, aún el más inofensivo.....

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