jueves, 12 de mayo de 2011

In memoriam: (final del cuento de Marco DENEVI)

  ....Licuadoras, heladeras, lavarropas, radios, televisores, teléfonos, afeitadoras, sencillas picadoras de carne, incluso abrelatas, latas, sacapuntas, martillos, peines y paraguas, todas las "cosas" se han declarado en completa insubordinación. Lo peor es que como ésa anarquía empieza a propagarse a los radares, timones, brújulas, telégrafos computadoras electrónicas, se producen catástrofes en las que mueren miles de víctimas. Ya nadie se atreve con las armas de fuego: se apunte a donde se apunte, el proyectil sale disparado hacia el que usa el arma y lo mata. En cuanto a las grandes maquinarias industriales funcionan de un modo tan caprichoso que sus productos no sirven y hay que tirarlos o son un peligro para la salud. Las modistas se niegan a coser porque las agujas las atacan. Conocido es el caso de un pianista célebre al que, en mitad de un concierto, el piano le "devoró" ambas manos. Y se sabe de muchas personas que murieron exhaustas de tanto forcejear con una llave. El fin de la Humanidad se aproxima. Cuando el último hombre desaparezca, quizá las cosas se llamen a sosiego. Entonces seguirán brillando a la luz del sol, a la luz de la luna, por toda la fría Eternidad.
Marco DENEVI

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